¿Lo conocen? Si no, les cuento que se trata de un intercambio de regalos poco tradicional, en el que los paquetes ni se rifan ni tienen un destinatario determinado.
Ustedes se preguntarán, entonces, cómo funciona. A ver, trataré de explicarlo de una manera sencilla. Repito: trataré:-))...
Primero, los participantes se sientan alrededor de los regalos que cada uno llevó y que se colocan, juntos, al centro (es importante que estén envueltos en papel transparente para que pueda verse el contenido).
Luego, una vez determinado el tiempo que durará el juego (aproximadamente unos cinco minutos) y utilizando un cronómetro para medirlo (de preferencia con alarma para aumentar la emoción), cada jugador, por turnos, debe tirar un par de dados y tratar de sacar un seis. Quien lo logra, puede elegir el regalo del centro que más le guste y quedárselo, hasta que otro jugador vuelva a sacar un seis y decida escoger otro regalo del centro o... el mismo que el primero eligió:-) En este caso, al jugador que perdió "su" paquete sólo le queda confiar en que, al llegar nuevamente su turno de lanzar los dados, sacará otro seis para recuperarlo.
¿Lo captan? Lo gracioso del juego es que los regalos pasan de mano en mano, los participantes entran en tensión y se alegran al sacar un seis o, por el contrario, desesperan al perder sus amados paquetes... y no es sino hasta el final, cuando el tiempo acordado termina, que uno sabe quién se queda con qué. Divertido, ¿no creen?
Ahora, he aquí el porqué de esta larga explicación: es que yo, junto con mi alegre grupo latino del workshop pasado, nos animamos a jugar un "Wichteln" para celebrar la Navidad y, claro, para reirnos un poco:-)
Y, bueno, creo que ya basta de tanta palabrería; más bien, procederé a compartir con ustedes las fotos del que fue mi regalo (y de su correspondiente decoración), así como de quien se lo llevó...
Y, bueno, creo que ya basta de tanta palabrería; más bien, procederé a compartir con ustedes las fotos del que fue mi regalo (y de su correspondiente decoración), así como de quien se lo llevó...
Así lucía mi regalo cuando lo compré. Se trata de un sencillo frasco de vidrio con tapa de cerámica, para guardar galletas, caramelos u otro tipo de dulces. Lo elegí por su practicidad y porque me gusta mucho este estilo, rústico y moderno a la vez (yo feliz me lo hubiera ganado:-))
Y, bueno, así quedó cuando lo hube envuelto en papel celofán y decorado con algunos colgantes... Se ve bastante distinto, ¿verdad?
Lo que más me gustó fue este colgante de madera, sobre el que sellé el clásico mensaje navideño. Hacía tiempo que tenía esta idea, la que recién pude probar cuando, por fin, di con estos simples cortes de madera, que casualmente encontré en una de mis tiendas favoritas de Hennef.
Me hubiera gustado contar con algunas fotos del juego en sí, pero confieso que me hallaba tan concentrada en los dados, que olvidé mi cámara en un rincón:-( Pero, bueno, una vez hubimos terminado, corrí en su busca y saqué estas bonitas imágenes de algunas de mis amigas...
Aquí tienen a Patty H., feliz y con regalo en mano (¡¡esta vez no se lo quitan!!:-)) Ella y su tocaya, Patty M. se disputaron mi paquete sin tregua y sin dar el brazo a torcer:-)
Después de risas, abrazos y una buena tanda de fotos (más de una llevó cámara), llegó la calma y, con ella, una pequeña pausa antes de volver al taller de Gema para seguir sellando.
Y hablando de "sellar", la próxima vengo con el resto de mis proyectos del workshop y, mientras me despido (la rutina diaria no perdona), los dejo con un par de imágenes más... ¡Que las disfruten!
Productos: Stampin' Up!
Sellos: "Zauber der Weihnacht".
Colores: Savanne, Vanille Pur y Schwarz.
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