Ya les había dicho que me tomaría tiempo, así que confío en que me disculparán por volver recién con ustedes. Mi último viaje fue tan bonito, hubo tantas cosas que ver, que resultaron infinitas las fotos que tomé, de las que hoy les traigo sólo una muestra.
Pero, bueno, confío también en que alguna idea se darán de lo que vivimos durante esas dos semanas en el sur de Francia y quién sabe si, por ahí, los animo a darse una vuelta por esos lares... créanme que vale la pena.
Nuestra primera parada, tras varias horas de viaje en auto y más tráfico del esperado, fue en la histórica ciudad de Lyon. Como les conté, nuestro destino final era Négra, donde iniciaríamos nuestro trayecto por el Canal du Midi, así que sólo le dedicamos una tarde a pasear por sus calles y a contemplar sus puentes sobre el Ródano, sus edificios antiguos...
... sus iglesias (ésta es la "Basílica de Fourviere", la mayor construcción de la ciudad y que sólo apreciamos por fuera)...
... y algunas de sus plazas, como la de los Jacobinos, ubicada en el barrio de Bellecour... ¿No les parece linda su fuente?... Por algo la UNESCO declaró a Lyon "Patrimonio de la Humanidad".
Obviamente y tras varias horas de ardua caminada, cerramos el día con una cena sencilla en una de sus calles de restaurantes. Optamos por unos riquísimos baguettes calientes, crocantes y deliciosos, servidos al plato y acompañados de una rica guarnición. Altamente recomendables.
Tras pasar la noche en Lyon, nos levantamos temprano para continuar nuestro viaje hacia Avignon. No se imaginan la cantidad de pueblitos "de postal" por los que pasamos, uno más encantador que el otro... ¡y nosotros con cero tiempo para visitarlos! Total frustración pero... la próxima vez será:-)
Algo que teníamos planeado y que haríamos aprovechando nuestro viaje a Avignon, fue detenernos en las cuevas prehistóricas de Chauvet en Ardeche...
¡Qué tal experiencia! La que visitamos fue una réplica de la caverna original, que cuenta con 37,000 años de antigüedad y cuyas pinturas rupestres representan a más de 400 animales de distintas especies, entre los que destacan caballos, leones, búfalos y mamuts... Impresionante.
Desgraciadamente, no estaba permitida la toma de fotos, así que tuve que conformarme con abrir bien los ojos y esforzarme en comprender las explicaciones de nuestro guía... en francés:-(
También entramos a esta sala, que exhibía imitaciones bien hechas de animales y gentes de la época en tamaño original. Nos gustó mucho, pero nada como contemplar, en vivo y en directo, las paredes de piedra de la cueva y sus maravillosos dibujos...
Por si tienen interés o sienten curiosidad, aquí les paso un link con un video en español que ofrece un resumen de su historia y algunas buenas imágenes:
No me pregunten las horas que siguieron en auto... definitivamente, fueron varias y la experiencia, agotadora. Si no me creen, pregúntenles a mis hijos:-))
¡Por fin! Llegamos a Avignon, más conocida como la "Ciudad de los Papas" y en la que se encuentra el famoso puente medieval que dio nombre a aquella canción que me enseñaron en el colegio, durante mis clases de francés: "Sur le pont d'Avignon...":-))
Tenía que verlo en pleno, así que convencí a mi familia para subir el sinfín de escaleras que me proporcionó esta bonita vista. Lo que no sabía era que, inicialmente, el puente contaba con veintidós arcos, de los que actualmente sólo quedan cuatro, debido a las fuertes riadas del río que hicieron mella en él durante los siglos en que se mantuvo en pie.
El imponente edificio que ven aquí es el famoso "Palais des Papes" o "Palacio Papal", que se halla al lado de "Notre Dame des Doms" o "Catedral de Nuestra Señora" (izquierda). Además de su construcción, me encantó la plaza a sus pies, en la que nos habríamos detenido a tomar algo, de no haber sido por la falta de tiempo.
El último punto que visitamos antes de volver a nuestro hotel fue la "Place de L'Horloge" o "Plaza del Reloj"...
Caricaturistas, músicos callejeros y vendedores de souvenirs competían tratando de atraer a la mayor cantidad de turistas posible, entre cafés y restaurantes. Fue en uno de estos últimos en el que nos detuvimos para probar alguna de sus delicias y reponer energías.
Al día siguiente, después de tomar desayuno, emprendimos el viaje hacia Toulouse. Tal y como nos sucedió en Lyon, el tiempo nos quedó corto y fueron pocas las horas dedicadas a recorrer la ciudad. Al menos, me resultaron suficientes para quedar encantada con el color de sus calles...
... y el trabajo de filigrana de sus balcones, que adornaban la mayoría de edificios de la zona en la que estábamos. Deberé volver para apreciarlos con calma. Anotado:-)
Como dije, éste fue nuestro recorrido antes de iniciar nuestra aventura en la casa-barco que alquilamos, por el Canal du Midi... y como ésta se trata de una experiencia totalmente distinta, he preferido dejar su relato para mi siguiente publicación, en la que incluiré nuestro paso por París y algunas anécdotas adicionales del viaje... ¿les parece?
Entonces, esperando no haberlos abrumado con tanta historia y cruzando los dedos para que estén dispuestos a "leerme" la próxima vez, me despido, no sin antes desearles un lindo día y mucho ánimo para terminar con éxito y sin estrés la semana:-) Un fuerte abrazo y... ¡nos vemos!
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