Primero que nada, disculpen mi desaparecida. La verdad es que pensé que tendría tiempo de despedirme antes de partir e, incluso, de mostrarles un último proyecto creativo pero el tiempo me ganó.
Y aquí estoy otra vez, tras dos semanas de vacaciones que aprovechamos para visitar a la abuela de mis hijos en Sinsheim (donde ellos se quedaron hasta ayer) y para disfrutar de la naturaleza y ejercitar las piernas siguiendo una de las rutas del Rheinsteig...
Orientados por esta señal, pintada cada cuantos metros sobre troncos, bancas o letreros, mi esposo Guido y yo caminamos, subimos, bajamos y sudamos durante aproximadamente 20 kilómetros diarios, empezando en Lahnstein y terminando, 4 días después, en la ciudad de St. Goarshausen... ¡¡¡Agotador!!!...
... pero valió la pena. Las vistas, la vegetación y los lugares históricos de los distintos puntos del camino me dejaron con la boca abierta más de una vez.
El primer día, lunes, luego de llegar a Lahnstein e instalarnos en el hotel, lo aprovechamos para calentar el cuerpo, subiendo hasta el famoso castillo de Lahneck... Creo que mi foto habla por sí sola y demuestra lo poco en forma que estoy:-.))
Tras dejar el castillo, volvimos a bajar y nos dedicamos a dar una vuelta por esta bella ciudad, para admirar su arquitectura medieval...
... y tomarnos una bien merecida cerveza fría en este simpático local. Después, como cada tarde, volvimos a nuestro hotel para ducharnos, cenar y prepararnos para el día siguiente.
El martes fue el día más fuerte. Tardamos casi siete horas caminando desde Lahnstein hasta nuestro siguiente destino: Osterpai.
¿No es una belleza? ¡Qué vista! El del fondo es otro de los castillos del valle, el Marksburg y, para verlo, hube de sufrir un poco con algunas subidas medio empinadas, que se me hicieron interminables.
Las que ven aquí son las típicas casas de la ciudad de Braubach. Me encantó pasear por sus bien cuidadas calles, adornadas con flores y dotada de pintorescos cafés. Aunque no pudimos detenernos en ninguno (el tiempo avanzaba y teníamos aún un buen trecho por delante), al menos me di un respiro que me permitió prepararme para la próxima subida:-(
Nuevamente arriba... y ya no podía más. Así que hicimos "trampita" y simplificamos la ruta, caminando los dos kilómetros restantes en línea recta hasta nuestro hotel en Osterpai;-)
El miércoles me levanté y me dolía todo... ¡¡¡horribleeee!!! Por lo que después del desayuno revisamos el itinerario del día y lo variamos otro poquito para evitar esta "linda" escalera y dirigirnos hacia Kestert:-)
De esta forma, pude disfrutar el paisaje con ganas y un poco más de energía, dejando que Guido se me adelantase sólo cuando se me antojaba tomar una foto;-)
Miren esta maravilla. No se imaginan la cantidad de flores silvestres que salpicaban el camino...
... ¡Y vean este trigal! Simplemente me encantó... así como las frutas que colgaban de los árboles y otras flores de distintos colores, que nos alegraron la vista durante el trayecto hacia Kestert, nuestra última parada del día.
Hasta aquí, gozamos de un clima maravilloso, con sol prácticamente constante y una brisa agradable que nos acompañó en todo momento. Sin embargo el jueves, último día de nuestra caminata, lloviznó desde temprano, por lo que preferimos evitar las subidas del Rheinsteig que, debido a la lluvia, podrían estar resbaladizas.
Es así que, caminando en paralelo al río, llegamos por fin a St. Goarshausen, donde se encontraba nuestro último hotel y nos esperaba una sustanciosa cena, en recompensa a nuestro esfuerzo:-)
Como dije en un principio, no soy ni muy deportista ni estoy acostumbrada a tomar vacaciones de este tipo, pero debo confensar que disfruté la experiencia y que la repetiría. Eso sí, me he propuesto ejercitarme un poco para estar mejor preparada para la próxima vez; fue lindo compartir ese tiempo al aire libre con mi esposo y entrar en contacto con la naturaleza.
En fin, aunque no suelo publicitar nada ni a nadie, quisiera recomendarles a "ReisenAKTUELL.com", que fue la empresa con la que reservamos el tour y que se encargó de trasladar nuestra maletas de hotel a hotel. Un servicio de primera;-)
Ahora sí, tras esta larga "reseña vacacional", me despido, esperando que les haya gustado y que los anime a considerar el Rheisteig como una opción para salir de casa y hacer algo diferente en las vacaciones. Les mando un fuerte abrazo entonces y, si Dios quiere, volverán a saber de mí en un día o dos... ¡Nos vemos!
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