lunes, 15 de agosto de 2022

¡Estoy de vuelta!

Tardé un poco pero aquí estoy. Y es que después de mi viaje familiar de un mes, la mayor parte en Perú y unos pocos días en Colombia, volví a Alemania para reincorporarme al trabajo y al estrés que esto conlleva, tras tanto tiempo de ausencia.

Ya luego, cuando por fin decidía retomar mi hobby y las publicaciones en mi blog, me dieron descanso médico por un tema de bajas defensas. Y bueno, aunque continúo sin poder ir a trabajar, ya me siento algo mejor, por lo que aquí me tienen para compartir unas cuantas experiencias de mi viaje y ponerme a sellar:-)

 

Tras dos semanas en Lima, disfrutando de mi familia peruana, mi esposo, mis hijos y yo tomamos un avión con rumbo a Cartagena, Colombia. Llena de vida, música y color, nos recibió esta preciosa ciudad, a la que decidimos sacarle el jugo a pesar de los pocos días de estadía y del fuerte calor.


Estas primeras fotos pertenecen al casco histórico, que nos llamó la atención por sus antiguas iglesias, sus plazas arboladas, sus puertas con aldabas y sus interminables calles de estilo colonial, rodeadas por su inmensa muralla.


No se imaginan el placer que sentí al pasear por ellas y contemplar sus balcones, sus tiendas y sus vendedores, ofreciendo artesanías, jugos naturales y sombreros de paja...

 

¿No les parece lindo? No se imaginan la cantidad de fotos que tomé y lo que me costó tener que hacer más de una parada para tomar algo y contrarrestar el fuerte calor. Había tanto por ver, que no hubiese dudado en apretar el paso para recorrer todas las calles posibles, pero el cuerpo pedía agua y tuvimos que sacrificar varios minutos para dársela y buscar algo de sombra.


Aunque no lo parezca, lo que ven aquí es un pequeño complejo de tiendas, decorado con infinidad de plantas y flores colgantes. Nosotros no compramos nada por lo elevado de los precios, pero nos deleitamos paseando por sus corredores, entrando a una que otra de sus tiendas y, por supuesto, tomando algunas fotos de este pintoresco lugar;-)


Antes de dirigirnos hacia el "Café del Mar", un bar conocido como el mejor para contemplar el atardecer en Cartagena, mi familia y yo elegimos una mesa en la Plaza de Santo Domingo y comimos frente a esta escultura de Fernando Botero. La verdad es que, considerando la cantidad de gente que ofrecía sus distintas mercancías, cantaba o bailaba a cambio de unos cuantos pesos, no sé cómo logré tomar esta foto sin alguien que se interpusiera:-))


Con este impresionante cañón que, en su tiempo, defendió la antigua ciudad amurallada, me depido del casco histórico de Cartagena para saludar a las playas de las Islas del Rosario, que fue a donde nos dirigimos dos días después, con el fin de descansar y desconectarnos de todo...


Nos hospedamos en "Los Erizos", un hotelito rústico y simpático ubicado en una de las islas, que nos ofreció una estadía tranquila con buen servicio, rica comida y una pequeña playa de aguas cristalinas. La paz total.


He aquí nuestro hotel de sólo cinco habitaciones, que de vez en cuando recibía una que otra embarcación de turistas que llegaban a almorzar y disfrutar de un relajante día de playa.


Nosotros, ya que estabamos hospedados allí, nos dedicamos a tomar el sol sobre estas poltronas, a leer un poco, a bañarnos en el mar o a realizar alguna caminata por la isla para descubrir una zona llena de palmeras, una nueva playa o un bonito hotel.


Sólo estuvimos cinco días en Cartagena de Indias pero nos gustó tanto que nos quedamos con la idea de volver. ¿Cuándo? Aún no lo sabemos pero esa nueva visita queda pendiente y está anotada;-) Por ahora, no nos queda más que remirar las fotos y recordar el bonito tiempo vivido, mientras nos ponemos a trabajar y a ahorrar para hacerlo posible.

Como les dije al principio, estuve cuatro semanas fuera y destiné la mayor parte de mi viaje a pasarlo en familia. Tras volver de Colombia y despedirme de mi esposo, que tuvo que volver por trabajo a Alemania, partí con mis hijos, mis tres hermanas, uno de mis cuñados, dos de mis sobrinas, una prima y su familia hacia Puno, donde pasamos cuatro mágicos e inolvidables días en una de las islas flotantes del Lago Titicaca...

De hecho, necesitaré de una o dos publicaciones más para compartir la experiencia con ustedes pero, dado que éste es un blog de manualidades y que ustedes lo visitan en busca de ideas, voy a hacer una pequeña pausa y la próxima vez volveré con un proyecto creativo. Ya luego, si ustedes están de acuerdo, le haré un poco de publicidad a mi país para que lo conozcan y aprendan a amarlo como lo amo yo; llegado el momento, entenderán porqué;-)

Entonces me despido, les mando un fuerte abrazo y les deseo un súper y productivo comienzo de semana... ¡Hasta la próxima!

1 comentario:

  1. Qué experiencia inolvidable amiga! Gracias por compartir ese pequeño recuerdo de un viaje tan interesante y lleno de matices. Yo estuve a punto de ir pero justo en el 2020 cuando comenzó el corona virus Cartagena cerró sus puertos y no pudimos desembarcar. Nos quedó pendiente de visita😍. Me alegro mucho poder atisbar a través de tu mirada, ciudad tan bella que me recuerda mucho a mi Habana. Nos vemos en septiembre para inspiraciones conjuntas de Stamping Up! Un abrazo, Gema

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